Joachim y Helga / Bremen

Un día gris y frío de noviembre, mi hijo y yo nos dirigimos a Inglaterra para
Southampton para inspeccionar un Merlin y llevárselo a casa si les gustaba. De antemano, había habido varios intercambios de correos electrónicos con el propietario anterior, un piloto profesional. En el proceso
No sólo se enviaron fotos del motor, el interior, etc., sino que también se negoció el precio y se celebró un contrato preliminar. Había descubierto el Merlin por casualidad en la página web del Merlin Owners Club GB. En ese momento había dos Merlin a la venta: un Merlin verde de Stafford y un Merlin azul noche de Southampton. El primer Merlin me entusiasmó de inmediato, pero cuando me puse en contacto con el club, resultó que ya se había vendido, así que llegué demasiado tarde.
tarde. Así que me decidí por el segundo Merlin (curiosamente, este primer Merlin
en poder de Andreas desde 2011 por desvíos desconocidos).
El viernes de 1 0 1 .2006, hacia el mediodía, nos dirigimos hacia Calais en nuestro VW Passat con un remolque de transporte y un gran sobre lleno de billetes británicos (50 GBP es el más grande) a una velocidad de 80 a 90 km/h. Llegamos al puerto de P&O en Calais poco antes de medianoche. Después de unas horas completamente libres de estrés, llegamos al puerto de P&O en Calais poco antes de medianoche. No se imagina lo relajante que puede llegar a ser esta velocidad.
Al embarcar, nos recibieron en el restaurante francés
y en el puesto de control británico sobre el propósito del remolque de transporte;
Respondimos cada vez que queríamos recoger un coche en Inglaterra.
Dover nos dio una bienvenida realmente británica, llovía a cántaros. A este lado del canal, nos volvieron a preguntar en el puesto de control sobre el propósito del remolque
y respondimos exactamente igual que en el lado francés del canal. Después de la
agradable señora de nuestro navegador por satélite dos veces más a través de las rotondas en dirección a
ferry, no estuvimos de acuerdo y nos limitamos a seguir las indicaciones hacia la M5 de Southampton. Cuando por fin llegamos a la autopista
la simpática señora del navegador por satélite volvía a estar contenta. Después de varios kilómetros por el lado equivocado de la autopista bajo una lluvia que no paraba, llegamos a unos 30 kilómetros de nuestro destino.
antes de Southampton nos detuvimos en un área de servicio de la autopista con un motel y después de una noche agitada
tendido sobre un grueso sobre de dinero y un desayuno inglés matutino
(que los británicos pueden comer esto por la mañana) continuamos nuestro recorrido de aventura.
Cuando llegamos a Southampton, por fin había dejado de llover. La mujer (Pipper) de mi piloto comercial nos abrió la puerta y nos habló en un inglés casi incomprensible para nosotros. Creo que pudo ver en nuestras caras que estábamos
Cambió tímidamente de idioma y nos dijo que era de Gales y que Alan estaba en un avión con destino a Islandia. Bueno, eso no está tan mal, siempre y cuando el Merlin esté allí y esté en el garaje. Fuimos los tres al garaje, Pipper subió la ventanilla y dirigió desde fuera el Merlin, que queríamos empujar hacia atrás para sacarlo del garaje. Llegamos al marco de la puerta con ruedas,
la ventana se volvió a plegar y las bisagras se arrancaron.
Bien, la ventana está quitada, pero ahora es el momento de inspeccionar y probar el Merlin.
Estas pruebas salieron muy bien y mi hijo, que es mecánico de coches, me dijo: "Si puedes conseguir que
Me lo llevo"; pero yo quería este Merlin. Finalicé el papeleo y el pago con Pipper, se le permitió contar todos los muchos billetes de 50 GBP y mi hijo condujo el Merlin hasta el remolque de transporte y lo aseguró. Como parecía que iba a volver a llover, Pipper nos consiguió un garaje de nailon para que pudiéramos envolver el Merlin a prueba de lluvia, ya que faltaba la ventana enchufable. Le dimos las gracias a Pipper por todo, también por
el café que había comprado y cocinado especialmente para nosotros los alemanes, y se marchó con
Salimos de nuevo en dirección a Dover, con Merlin recogido. Poco antes del puesto de control de Dover, nos dimos cuenta de que ni siquiera le habíamos preguntado a Pipper dónde
El Merlin lleva el número de chasis, así que tendríamos que desembalarlo completamente y buscar el número por todas partes. Con esta sensación de inquietud nos dirigimos al puesto de control, pero para nuestra gran sorpresa la amable señora nos hizo pasar sin hacernos ninguna pregunta. Después de cruzar al lado francés, llegamos de nuevo al puesto de control francés y nos esperaba el mismo procedimiento. Pero aquí también nos hicieron pasar sin detenernos. Menos mal (así de rápido se podría pasar de contrabando un coche de Inglaterra al "continente"). Nuestro viaje de vuelta a Bremen sólo se vio interrumpido por paradas para repostar. A partir de Duisburgo tuvimos el tiempo inglés y llovió como... bueno, ya me entienden. Finalmente llegamos a Bremen a las 02:30 de la mañana del domingo y seguía lloviendo. Nuestra consigna era llevar rápidamente el Merlin del remolque al garaje y luego a la cama.
Pero en cuanto hubimos desembalado el Merlin y me puse al volante, volví a estar junto al coche con los pantalones completamente mojados. El interior del roadster estaba
completamente mojado - sólo ahora nos dimos cuenta de que Pipper nos había dado un garaje interior de nylon sin saberlo. No importa. El Merlin está drenado y ahora tiene un nuevo hogar aquí con nosotros.
nuevo hogar.